Texto Andrea Martínez Bernal. Fotos: Paloma Carreter
Este año, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales ha vuelto a participar de la Semana de la Ciencia, el evento organizado por la Comunidad de Madrid para la divulgación científica y la participación ciudadana.
Una de las actividades propuestas en la Escuela nace desde la comunidad EELISA The Circular and Regenerative Campus (vinculada a la comunidad temática de investigación e innovación Campus UPM Circulares), y en concreto desde la iniciativa CircularízatE, un grupo de estudiantes, profesorado y personal de la Escuela cuya misión es impulsar el papel de los campus universitarios como demostradores (o living labs) de prácticas de economía circular real que muestren que los sistemas de producción y consumo regenerativos son técnicamente viables, económicamente rentables y socialmente inclusivos.
El taller, se basó en un formato mayoritariamente práctico, donde se buscaba conseguir la inmersión del público en la economía circular a través de la realización de actividades específicas e interactivas que ya estamos realizando en nuestro campus, a la vez que fomentamos vocaciones STEM entre el alumnado participante.
La actividad tuvo lugar el día jueves 4 de noviembre, entre las 11:00 am. y la 1:00 p.m., y contó con la participación de 30 estudiantes de 3°ESO del Colegio Alkor de la Comunidad de Madrid. El inicio de la jornada, estuvo marcado por la entrega de 30 botellas de plástico, que significaba la entrada al recinto con algún tipo de ‘residuo’, el cual, desde la economía circular, se busca eliminar al conseguir darle un nuevo valor o una segunda vida.
En la primera parte del taller, se realizó una breve exposición sobre el concepto de economía circular, su impacto social y transformador, y se presentaron algunas estadísticas sobre tasas de reciclaje y vertido de la Comunidad de Madrid. A continuación, se presentaron diferentes tipos de plásticos y sus propiedades (como la distinta densidad).
La fase interactiva y práctica del taller, comenzó con la ubicación en las mesas de los seis grupos de estudiantes, los cuales, previamente, habían recibido unas cortas fichas biográficas sobre mujeres destacadas en el campo de la economía circular y la sostenibilidad, que marcaban el nombre de su correspondiente grupo.
A continuación, los estudiantes del colegio Alkor, guiados por alumnado de la ETSI Industriales, realizaron un ejercicio visual de identificación de diferentes tipos de plásticos en base a si estos se hundían o flotaban en agua, una solución de agua con sal, o aceite, según su densidad. En primer lugar, se utilizaron botes de cristal, agua, sal y cucharillas para trabajar la separación de plásticos e identificarlos según la tabla de densidades expuesta durante la parte teórica. En los botes de cristal con solo el agua, la mezcla de plásticos en el interior no se separaba; sin embargo, al agregar sal al agua y mezclarla, el cambio de la densidad tenía como efecto la separación clara de los distintos tipos plásticos: quedando en el fondo los plásticos PET y flotando los de PS (poliestireno). En segundo lugar, se realizó un cambio de materiales, por botes de aceite, pinzas, tenazas y muestras de tapones de distintos tipos de plástico. Los y las participantes en esta actividad debían coger cada uno de los tapones de plástico y, tras quitarles un pequeño trozo con las tenazas, sumergirlos en el aceite con las pinzas para verificar qué sucedía, si bien se hundían o flotaban, para así clasificar el plástico según su densidad. En este ejercicio, los plásticos presentes fueron el PE (poliestireno) y el PP (Polipropileno), quedando en el fondo los primeros y flotando los segundos.
El taller continuó con una segunda parte en la que se presentó el trabajo de CircularízatE con el PLA (ácido poliáctico) y la utilización de la impresora 3D. En esta parte del taller se buscaba mostrar a los estudiantes cómo desde CircularizatE cerramos el bucle de la impresión 3D: recuperamos PLA de desecho y generamos nuevo hilo de impresión, que empleamos en el diseño y fabricación de nuevas piezas. El hilo reciclado que mostramos procede del movimiento Coronamakers: se recogió en la ETSI Industriales el PLA descartado por los makers que trabajaron de forma altruista en las épocas de escasez más duras de pandemia (marzo-julio 2020), imprimiendo equipos de protección individual y otros elementos. Ese PLA de desecho es el que ha servido como materia prima para poner a punto el proceso de reciclado distribuido que ha llevado a cabo CircularizatE.
El final del taller estuvo marcado por la entrega al colegio Alkor de una maceta hecha a partir de PLA Coronamakers reciclado y una planta real, como símbolo que combina tecnosfera y biosfera, y buscando así dar con el mensaje central de la economía circular: la importancia de cambiar el pensamiento lineal a uno circular, olvidarse de solo desechar y, más bien, convertirlo en algo más.