Artículos de Investigación
En el actual contexto energético se hace cada más más necesario el uso de medios de transportes más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. De entre los medios de transporte actuales, quizás uno de los más eficientes sea el tren. Evidentemente hay muchos factores que hay que tener en cuenta para reducir el consumo energético y mejorar la eficiencia de un tren. En estas circunstancias la aerodinámica es un tema clave. En trenes que circulan a más de 250 km/h el 80 % de la resistencia al avance está relacionada con su aerodinámica, y teniendo en cuenta que la resistencia crece con la velocidad del tren al cuadrado, su importancia es cada mayor.
Por Jaime del Cerro. Si bien es un dato muy complejo de cuantificar, según la última valoración incluida en el estudio publicado por la oficina de la ONU para la reducción de los riesgos en desastres (United Nation Office for Disaster Risk Reduction – UNISDR) realizado en 2015 [1], el impacto de los desastres naturales…
La producción de energía eléctrica es uno de los sectores energéticos donde existe mayor potencial para una integración intensiva de energías renovables en detrimento del uso de combustibles fósiles. Por ello, una de las claves que se plantean para alcanzar los retos de la transición energética es la electrificación de la economía, esto es, incrementar la utilización de electricidad en el consumo final de energía frente a la energía de combustibles fósiles, considerando que la producción de electricidad tendrá un origen altamente renovable.
El término “tribología” se emplea para designar a la ciencia y tecnología que se ocupa de la fricción, el desgaste y la lubricación. Es evidente que el ser humano ha tenido que enfrentarse desde siempre a problemas tribológicos, como encender fuego con técnicas basadas en fricción o para implementar el movimiento rotatorio en máquinas. Los análisis fenomenológicos iniciales, basados en experiencias y observación, han ido dando paso al desarrollo de un profundo conocimiento científico, capaz de responder a grandes desafíos a nivel mundial.Por el Prof. Javier Echávarri Otero.
En las últimas dos décadas hemos visto un cambio tecnológico importante desde el punto de vista de cómo se produce y almacena energía eléctrica. Últimamente, las aplicaciones se dirigen cada vez más hacia el mundo de la Corriente Continua (CC), lo cual empieza a recordar a la famosa guerra de corrientes entre Edison y Tesla. Sin embargo, para que el concepto de CC empiece a contribuir a nuestra sociedad, se hace necesario resolver unos cuantos retos de los cuales el transformador de CC es el más grande. Este componente será la pieza clave en la descarbonización y electrificación futura.
La Naturaleza circulariza los hidrocarburos, pero el hombre aún no lo ha conseguido. ¿Logrará la Humanidad emular a la Naturaleza? Esta pregunta se puede aplicar al mundo de la energía, como en el resto de las actividades humanas, en las que se busca alcanzar el desarrollo de esa economía circular.
Hoy en día no existe ningún vehículo submarino con la destreza de un pez, ningún vehículo aéreo con la maniobrabilidad de un murciélago, ni ningún vehículo terrestre con la agilidad de un felino. La bio-inspiración y la bio-mimética se basan en la observación de la Naturaleza, tantos en animales como en vegetales, para crear artefactos que aprovechen soluciones que ha sido afinadas y perfeccionadas durante millones de años de evolución natural. Los campos de aplicación son muy variados, desde la arquitectura hasta la moda. En el caso de la robótica, el objetivo es diseñar robots más sencillos y seguros, con capacidades parecidas a las de los animales, y que puedan compartir su espacio de trabajo con los humanos, tanto en pequeños talleres como en nuestros hogares.
Hace unos años, los fabricantes de vehículos auguraban la comercialización de vehículos autónomos nivel 4 en un plazo muy breve.
Es bien sabido que la medicina nuclear es clave para la lucha contra el cáncer y el diagnóstico de enfermedades. Lo que resulta menos conocido es que ello solo es posible hoy en día gracias a los reactores nucleares, los encargados de producir la mayor parte de los radioisótopos médicos utilizados en medicina nuclear.