Como cada mañana, María entra en la biblioteca con cara de sueño, escoge uno de los puestos de la primera planta, enciende la luz, comienza a desempolvar sus apuntes e inicia una larga mañana de estudio.
Con el objetivo de romper esta rutina, Francisco Díaz Muñoz ha creado un espacio en la biblioteca que consigue alterar nuestro ritual diario. La instalación artística llamada «La Naturaleza del Libro» está formada por diferentes elementos naturales como cortezas, ramas y follaje de árboles, que rodean y sostienen libros. Estos a su vez son sobrevolados por pequeños pájaros realizados con la técnica del Origami en papel proveniente de libros ya retirados (expurgo).
La exposición se complementa con diferentes ejemplares del fondo de la biblioteca, que han sido el eje de inspiración y vínculo de los diferentes elementos que conforman la instalación.
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“La naturaleza del libro”, situada en la biblioteca, se ha concebido para celebrar el Día del Libro.
«Un libro abierto es un cerebro que habla;
cerrado, un amigo que espera;
olvidado, un alma que perdona;
destruido, un corazón que llora.»