Escuela Industriales

LA MIRADA PSICOLÓGICA DEL MANEJO DEL TIEMPO

“No tengo tiempo”, “Si tuviera más tiempo, haría…”, “Ojalá los días tuvieran 48 horas”, “Cuando tenga tiempo…”, … ¿Te resultan familiares estas frases? La sensación de falta de tiempo es una queja generalizada en nuestra sociedad; el tiempo parece insuficiente para todo lo que deseamos hacer. No reclamemos ampliaciones imposibles de horas y aprendamos a aprovechar mejor las horas que tenemos al día.

Os recuerdo los principios básicos del tiempo: es inelástico, insustituible, inexorable, equitativo (todos tenemos 24h/día), imprescindible, no se puede multiplicar, ahorrar, acumular ni pedir prestado, se gasta a velocidad constante (60min/hora) y es limitado.

Pero ante todo, la temporalidad es una construcción subjetiva y es una de las principales dimensiones existenciales de las personas: el cómo percibimos el paso del tiempo da sentido a nuestra vida y es un marcador de organización de nuestro Yo.

En el taller de “El Arte de hablar en público” que imparto bianualmente, un alumno de la Escuela hizo una interesante presentación sobre la gestión del tiempo en la que nos planteó lo siguiente: “Contamos con 525600 minutos al año, si esa cifra en vez de minutos fuesen euros, ¿a que reflexionaríais muy mucho en qué invertirlos?”.

Hablar de gestión del tiempo es hablar de nuestra propia vida: el verdadero reto es gestionarnos a nosotro/as mismo/as. Y nuevamente, esto implica parar y reflexionar.

La adecuada gestión pasaría por aprender a usar nuestro tiempo en lo importante. Priorizar significa diferenciar lo importante de lo que no lo es, lo urgente de lo que puede esperar. En una sociedad en la que lo urgente no deja espacio a lo importante, el problema del tiempo podría reducirse a una dificultad en establecer prioridades: lo importante es lo que aporta a nuestras vidas, lo que suma, lo que nos enriquece como personas, lo que nos saca una sonrisa, lo que va alineado con nuestros valores, lo que nos produce mayor satisfacción personal, lo que nos hace sentirnos en paz con nosotro/as mismo/as, …

Desactiva el piloto automático, no evadas tu responsabilidad de tomar las decisiones adecuadas, toma la iniciativa de hacer que las cosas sucedan y párate a meditar ¿Cuáles son mis valores, mi propósito, mis sueños? ¿Cuáles son mis objetivos? ¿Qué prioridades me mueven? ¿Qué quieres lograr en cada parcela de tu vida? ¿Hacia dónde tiene que apuntar tu brújula, por lo tanto tu tiempo? Necesitas decidir y elegir el faro que guíe tu vida. Por lo tanto, gestionar adecuadamente el tiempo está relacionado con la capacidad para tomar decisiones.

Comparto con vosotros/as una historia seguro conocida para alguno/as que es “el frasco de la vida”:

Un experto en gestión del tiempo, tratando de sorprender a los asistentes a su conferencia, sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño, y preguntó:
– ¿Cuántas piensan que caben en el frasco?

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: – ¿Está lleno?

Algunos oyentes respondieron rápidamente que “Sí” y otros dudaron y dijeron que “Tal vez no”. Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras.

– ¿Está lleno? preguntó de nuevo.
– No – exclamaron los asistentes.
– Bien – dijo.

Cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.

– Bueno, ¿Qué hemos demostrado? – preguntó.

Un alumno respondió:

– Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
– ¡¡No!! -concluyó el experto- Esta lección nos enseña que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida? Recuerda, sitúalas en primer lugar y el resto encontrará el suyo.

Y, ¿porqué nos cuesta tanto elegir? Porque toda elección implica una renuncia. ¿Qué estoy dispuesto/a a perder por sostener lo elegido? Nuestras elecciones tienen un coste. Decidir significa elegir, y elegir implica asumir la pérdida de las opciones y las experiencias que hemos desestimado. Perdemos para ganar.

Si te das cuenta de que a lo que más tiempo dedicas en el día no es lo que realmente consideras una prioridad para ti, te sugiero pensar que igual hay algo que podrías cambiar. Tú eres el/la programador/a de tu vida y si sabes a dónde quieres llegar, planificar las actividades de tu vida te resultará mucho más sencillo. Esa es la trampa de la actividad sin reflexión: estamos tan ocupado/as en lo que hacemos, que olvidamos porqué lo hacemos. Planificar implica decidir qué se va a hacer en función de lo que deseas alcanzar y programar, decidir cuándo se ha de hacer.

Revisa tus hábitos: lleva a cabo acciones que repercutan en lo que deseas lograr. Si deseas que algo suceda debes asignarle una fecha y una duración. Pon los horarios al servicio de tus objetivos y acompasa tus actividades en función de tu ciclo de energía y por lo tanto de cuándo rindes mejor, de tus horas de mayor eficacia. Si tus metas son muy grandes y lejanas, subdivídelas en pequeños pasos. Identifica tus principales vías de pérdida de tiempo: tus ladrones del tiempo que te distraen e interrumpen; de esa lista de tentaciones: algunas elimínalas y otras ubícalas en otro momento del día. Cuidado con tu perfeccionismo: busca tu zona de eficiencia, tu punto de rentabilidad máxima entre el valor de la tarea y el tiempo invertido. Si navegas por internet, encontrarás muchos consejos prácticos sobre cómo manejar mejor tu tiempo; pero recuerda que lo esencial es hablar claro y alto contigo y así, disipando dudas, poder conectar y poner nombre a tus prioridades.

Lo que hacemos en nuestro tiempo es lo que hacemos con nuestra vida. El tiempo es lo que más queremos pero peor aprovechamos. Pienso que no necesitamos más tiempo ni relojes nuevos, lo que precisamos es elegir mejor en qué cosas queremos invertir los minutos de nuestro día a día. Me despido con esta cita del orador motivacional Brian Tracy: “Nunca hay suficiente tiempo para hacerlo todo, pero siempre hay suficiente tiempo para hacer lo importante”.

¡Mucho ánimo y recuerda #DaVidaATuTiempo!

Berenguela Monforte Sáenz
Unidad de Psicoterapia y Formación
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales – UPM

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